sábado, 8 de junio de 2013
CAPITULO 26
Verónica se giro mientras ponía los ojos en blanco.
― Y tú deberías aprender a no meterte donde no te llaman, entrometido― Le dio unas palmaditas en la mejilla y camino hacia un grupo de invitados.
El tenía una cara de “sorpresa” en su rostro mientras la seguía con la mirada, hasta verla detenerse. Luego giro su cabeza hacia mí y sonrió ampliamente.
― Soy Matias, tu cuñado― Estiro su mano― Por si no me recuerdas.
― Si te recuerdo― Tome su mano― Es solo que me ha costado trabajo asimilar las palabras de Verónica .
― Que desgracia conocerla, ¿no crees? ― Rió con total libertad― No deberías dejarte de ella, digamos que se alimenta de intimidar a las personas― Inclino su cabeza en dirección a ella― Debió quedarse en Europa.
― Tú la conoces bien, supongo― Fruncí el entrecejo
― Desafortunadamente si― El me miro confundido― Supongo que Pepe… bueno nada, olvídalo― Miró para todas partes― ¿Dónde está Pedro?
― Oh, bueno el ha tenido que atender una llamada, no debe tardar en regresar―
― Bueno, en lo que el regresa preferiría que te unas al resto de la familia, para que no tengas otro encuentro desagradable con Verobruja― Soltó una carcajada juguetona
― ¡Papá, papá! ― Gritaron unas pequeñas vocecitas
Matias se giró y se puso en cunclillas para recibir en sus brazos a un pequeño niño y a una pequeña niña.
― Traviesos, ¿Dónde han dejado a su mamá? ― Pregunto Matias mientras tomaba las manos de los pequeños
― ¡Ahí viene! ― Dijo sonriente el niño
― Estos niños van a matarme, son bastante escurridizos― Exclamo una bonita mujer, quien tenía una amplia sonrisa en su rostro e iba a juego con unos ojos resplandecientes color miel. Su cabello ondulado era castaño y caía hasta poco antes de su cintura.
― Si que lo son― Matias se puso de pie y mi miró― Paula, ella es mi esposa Alice. Y estos diablillos mellizos de cuatro años son mis hijos, Fran y Delfi.
― A veces son angelitos, pero solo a veces― Alice me dio un abrazo y tomo mi mano― Lamento no haber asistido a tu boda, los niños tenían fiebre ese día
― Oh, no te preocupes, Mati nos lo explicó― Sonreí― Me da gusto conocerte, Alice
― ¿Quién es ella? ― Pregunto Delfi―
― Ella es Paula, tu tía. Es la esposa de tu tío Pedro.
Apenas menciono el nombre de Pedro, los dos pequeños dieron saltitos para que yo los levantara. Siéndome imposible levantar a ambos, Pedro hiso acto de presencia.
― ¡Mati! ― Con una inmensa sonrisa en su rostro Pedro abrazo a su hermano y le dio un par de palmaditas en la espalda― Que gusto verte después de tanto tiempo
― Lo mismo digo hermano, lo mismo digo
― También es un placer verte a ti, Alice― Pedro le dio un abrazo de bienvenida que fue interrumpido por Fran y Delfi―
― Tío Pepe, tío Pepe abrázame― Fran levanto sus brazos y puso una mirada a la cual era imposible resistirse―
Pedro lo tomo en brazos y delfi hizo un puchero, por lo que yo la levante e inmediatamente sonrió.
― Papá dice que Paula es tu esposa― Fran me miro y luego miro a Pedro― ¿Es verdad?
― Si, es verdad― Pedro comenzó a reír― Y puedes confiar en ella, es igual a mi…inclusive mejor
― Entonces desde este momento eres mi tía favorita, solo no le digas a tía Lore, porque ya no me dará dulces―
― Tranquilo tu secreto está a salvo― Guiñe un ojo―
Horas después llego el momento de retirarnos, y nos despedimos de todos. Ana me había dicho que le gustaría comer conmigo el día miércoles, por lo que teníamos una cita.
Al llegar a casa, Pedro se dirigió a su despacho y yo fui al comedor, en donde Dora, Jose y Victoria se encontraban hablando.
― Paula― Jose asintió con la cabeza
― Hola― Sonreí levemente
― ¿Y Pedro? ― Preguntó Victoria levantándose de la silla
¿Por qué no me sorprendía que Victoria preguntara por Pedro antes que cualquier cosa?
― Esta en su despacho―
No necesite decir más para que Victoria saliera corriendo, literalmente, del comedor.
― ¿Pasa algo? ― Me dirigí a Dora y Jose
― Tenemos que salir de viaje― Dora sonrió― Será la reunión familiar de cada año
― Eso suena emocionante― Hice una mueca― ¿Y hay algún inconveniente?
― No en realidad. Es solo que nos gustaría hablar con Pedro, para ver si no hay problema.
― Bueno, iré a avisarle ― <<Y de paso lo mantengo alejado de "Vicky">>
Salí del comedor y fui directo al despacho, sin escalas. Llame a la puerta e inmediatamente Pedro la abrió
― Paula, adelante― Pedro sonrió
―Dora y Jose necesitan hablar contigo, Pepe― Entonces escuche sollozos, me gire y pude contemplar a Victoria que estaba hecha un mar de lágrimas.
― ¿Está todo bien? ― Mi voz sonaba suave― ¿Qué pasa, Vicky?
Pero ella ignoro mi pregunta y me miro fríamente. Era más que obvio que se estaba molesta porque yo había interrumpido su conversación con Pedro.
― Se irá de viaje, cada año su familia se reúne y convive. Pero esta vez ella no quiere ir―
― Quiero quedarme aquí― Victoria abrazó a Pedro― Contigo…
Apreté mi mandíbula superior con la inferior. Esto era el colmo.
― No creo que sea buena idea― Levante la voz― Después de todo te aburrirías. Pedro y yo trabajamos la mayor parte del día, lo sabes.
Nuevamente ella me ignoró. Apretó sus labios y me contestó de una manera que yo, sinceramente, no me lo esperaba.
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