lunes, 17 de junio de 2013

CAPITULO 47




En ese momento abrí mis ojos de par en par. ¿Gonzalo había golpeado a Pedro? ¡Eso si que jamás lo habría imaginado!

― Estaba confundido, así que me llevo tiempo retomar la postura para encararme a él. Recuerdo que apenas y le pregunte qué es lo que pasaba con él cuando un segundo puñetazo aterrizo más abajo que el anterior― Con su mano Pedro acariciaba su mejilla y mentón, como si fuera allí donde los golpes habían sido depositados― Estaba tan aturdido por la confusión que ese segundo golpe me hiso reunirme con el suelo. Me levante y tu hermano intento darme un tercero… no se lo permití esa vez mi puño termino en su cara, haciéndolo retroceder.
― Fue un viernes, ¿no es así? ― Pregunte ausente, recordando el pasado― Recuerdo que un viernes gonza tenía un golpe, ¡su mejilla estaba tremenda mente morada!
― Si, fui yo. Para entonces tenía, un año en el gimnasio… eso me ayudo un poco― pedro se encogió de hombros― El logró hacer que un poco de sangre saliera de mi labio. Lo obligue a que me dijera él porque me había golpeado y jamás lo había visto tan enojado… con gritos me respondió que él había invitado a Verónica desde la primera clase y que ella había aceptado salir con él; pero minutos antes de que yo llegará a tu casa, Verónica lo había llamado para cancelar la cita. Dijo que saldría conmigo debido a que yo le había insistido hasta el punto de hacer una rabieta… ¡vaya mentira!
― ¡Maldición, ahora la odio más! Esa mujer no sabe hacer otra cosa más que mentir… juro que si un día me la vuelvo a topar…
― No vale la pena ponerse a su nivel,Paula― Pedro tomo mi mano debido a que yo la había cerrado en forma de puño y estaba haciendo demasiada fuerza hasta el punto de que mis nudillos se veían blancos― Lo peor es que Gonzalo se había molestado porque ella le dijo que yo había ignorado el que ambos tuvieran una cita.“Gonzalo, no te enojes, yo le dije a tu amiguito que tu y yo saldríamos pero a él pareció no importarle, ¡prácticamente me ha obligado a salir con él!” Esas fueron sus palabras.
― ¿Y qué paso después? Gonzalo y tu jamás volvieron a hablarse, supongo― Dije con tristeza
― Después de discutir como dos personas que carecen de escrúpulos, el me grito que jamás en la vida volviera a acercarme a él. Que me olvidara de la amistad que sostuvimos por cuatro años― Pedro hiso una mueca― ¿No lo recuerdas? Tú entraste en ese momento

Cerré los ojos y trate de recordar… sabía que en lo más interno de mi memoria ese día había quedado plasmado… pronto tuve acceso a ese recuerdo

― Tenía catorce años, estaba llegando de la escuela cuando ustedes discutían… ambos me miraron y yo sin entender preferí subir a mi habitación. ¡Yo te vi durante mi adolescencia Pedro! ― Dije agitada a causa de la sorpresa
― Así fue. Mientras subías yo te seguía con la mirada, debido a que tu cara mostraba pánico pero entonces tu hermano me tomo por la camisa diciendo que alejara mi vista de ti y de cualquier otro miembro de la familia. Con empujones, literalmente me saco de tu casa, y lo último que dijo fue: Estas advertido Pedro si lastimas a Veronica te las veras conmigo y más aun… si intentas desquitarte en un futuro conmigo o con mi familia… pagaras las consecuencias― Pedro agachó la mirada y suspiro
― No…
― Como ya sabes los hombres somos muy orgullosos y por lo tanto yo respete las ordenes de tu hermano, nunca más intenté dirigirle la palabra.
Yo estaba aterrorizada. Toda esta historia era simplemente terrible. Una amistad grandiosa perdida por una mujer… ¡vaya novedad! Dije con sarcasmo. Estaba muda, no podía soltar palabra alguna, Pedro tomo mi cara entre sus manos y dulcemente me beso en los labios.
― No puedo creer que Gonzalo te haya dicho todo eso― Mis ojos brillaban a causa de las gotas que amenazaban con salir
― En realidad no fue él, en ese momento Gonzalo era presa del enojo y resentimiento, es por eso que nunca lo he odiado… ni lo odiaré.
― Eso quiere decir que Gonzalo estaba enamorado de Verónica― Dije en voz baja, casi inaudible, como si lo hubiese musitado solo para mí
― Así es. Tiempo después me entere de que él y Verónica llevaban meses conociéndose, sin embargo tu hermano no nos dijo nada― Yo lo mire confundida, abrí mi boca para hablar pero él siguió― Si nos propuso ese reto fue porque él estaba seguro de que ganaría, después de todo Verónica estaba consciente de los sentimientos de Gonzalo hacia ella.
Una lagrima rodó por mi mejilla. Verónica no solo me había lastimado a mí, sino a Pedro y a mi hermano Gonzalo también. ¡A mi hermano Gonzalo! A una de las personas que yo más quiero en el mundo entero. Maldición me sentía tan impotente que quería buscarla y agarrarla a patadas…
― No llores― Pedro detuvo la lagrima con su pulgar― La amistad no se perdió del todo, ya ves Carlos sigue siendo tanto amigo mío como de tu hermano.
― Pero tu no. También debió ser difícil para Carlos. Nunca más volvieron a estar los tres juntos― Una lágrima más escapó― Ahora entiendo el resentimiento de Gonzalo hacia ti. El porqué no quería que yo me casará contigo… era por la advertencia que te hizo, cuando dijo que te mantuvieras lejos de nuestra familia.
― No solo eso. También porque él sabía cómo jugábamos con las mujeres. Y pensó, piensa que yo sigo siendo igual― Admitió Pedro.

Entonces una horrible idea paso por mi mente. Mire a Pedro con temor y él lo noto.

― Espera un momento. Entonces tú… tú― Dije balbuceando― Tu solo te acercaste a mí en venganza― No lo pregunté, lo afirme.
Pedro apretó la quijada y tomándome por los brazos me acercó lo más que pudo a él, haciendo que nuestras frentes chocaran.
― No. Eso jamás. Nunca fue mi intención― Dijo con su boca cerca de la mía―Grábatelo bien Paula, si me acerqué a ti fue por amor y solamente eso― Comenzó a besarme con ternura para después llevar el beso a un grado superior. Al cabo de unos segundos nos separamos― Todo lo contrario, estuve a punto de alejarme de ti cuando descubrí que tu y Gonzalo eran hermanos.
― ¿Pero es que acaso no me recordabas? ― Pregunte con una media sonrisa
― No. Para nada― Pedro me devolvió la sonrisa y me hiso dar la vuelta. Cuando lo hice el me tomo por los hombros y con suavidad me recostó sobre su pecho, el agachaba su cabeza para mirarme a los ojos y yo por el contrario la levantaba― Cuando Carlos y yo te conocimos, porque el también te conocía desde antes, tú tenías tan solo diez años… eras una niña adorable sin lugar a dudas.
― Sigo siendo adorable― Dije entre risas y acaricié su barbilla― ¿Cómo es que eso si no logro recordarlo?
― Una tarde tu hermano nos invito a jugar vídeo juegos y nos dijo que al fin te conoceríamos pues ese día no habías ido a la escuela. Al llegar tú no estabas en casa… así que no logramos conocerte. La segunda ocasión, estabas en casa de tu vecina…
― ¡Tati! ― Dije interrumpiéndolo con una gran sonrisa, pues ella había sido mi mejor amiga en la infancia
― No se su nombre― Pedro sonrió con ternura― Pero ya sabes lo que dicen…la tercera es la vencida. Así que otro día Carlos y yo llegamos a tu casa, Gonzalo estaba terminando de conectar la consola de video juegos en la sala. Nosotros nos sentamos y el caminó hasta la ventana que daba al patio trasero. Con una sonrisa nos miró y dijo: “Caballeros es su día de suerte. Ahí está mi hermanita Paula, de quien tanto les he hablado”. Carlos y yo no perdimos tiempo y corrimos a la ventana y te vimos― Pedro sonrió ampliamente― Perseguías una mariposa, llevabas un overol de mezclilla con una blusa rosa y dos coletas

Pedro me miro divertido y se echo a reír sin parar, yo me sonroje y tape mi cara.


------------------------------------------------------

No hay comentarios:

Publicar un comentario