― Paula, amor ¿Estás despierta? ― Pregunto con su mentón apoyado en mi hombro―
Yo preferí no contestar y dibuje una pequeña sonrisa
― Te amo hermosa― Sus labios descansaron en mi mejilla―
Mi cuerpo comenzó a temblar a causa de la risa que escapo de mis labios
― Así que estas más que despierta― Dijo entre risas― Que buena actriz resultaste ser.
Me zafe del agarre de Pedro y giré mi cuerpo para quedar de frente a él. Una gran sonrisa apareció en mi boca con tan solo contemplar su cara.
― Buenos días, dormilón. Me he despertado desde hace media hora pero quería dejarte descansar.
― Que gentil de tu parte después de que ayer me dejaste agotado― Levanto una de sus cejas.
― ¿Yo? ― Con mi mano acomode su cabello― Claro que no. Tú me has dejado agotada a mí, ni siquiera creo poder levantarme de la cama, me siento terriblemente cansada― Dije entre risas.
― Es satisfactorio escucharlo― Una sonrisa se asomo en su pequeña boca― Pero también debes sentirte así por el embarazo.
― Seguramente― Aseguré la sabana a mi cuerpo y me levante― Tomare una ducha, después si está bien contigo, me gustaría que fuéramos al hospital, ya sabes para estar seguros― Entre al baño.
― Por supuesto― Pedro suspiro― Si no estás embarazada…
― ¿Qué pasara? ― Pregunte con el ceño fruncido mientras abría el agua de la regadera.
― Si no estás embarazada te advierto de una vez que no saldremos de esta habitación hasta conseguirlo― Elevó su voz para que yo pudiera escucharlo. Explote en carcajadas.
― Así será querido, así será― Dije entreabriendo la puerta del baño y asomándome― Tu sigue buscando pretextos.
― Créeme tengo un gran ingenio― Arqueo una ceja―.
― Te creo. Sin embargo estoy casi segura de que estoy embarazada así que lamento arruinar tus planes― Arrugue la nariz―.
Pedro solo sonrió y yo cerré la puerta. Minutos después salí de la ducha y Pedrp entró. Mientras el terminaba de bañarse yo me cambiaba y arreglaba mi cabello. Me maquille un poco y después lo espere sentada en la cama, con mis manos en mi vientre
― Serás una madre extraordinaria― Dijo saliendo del baño―.
Me giré y lo contemple con una mueca.
― ¿Tu crees?
― Si no lo creyera no te lo diría, Paula― Sonrió― ¿Crees que yo seré un buen padre?.
― El mejor, el mejor en todo el mundo― Me puse de pie y camine hacia el― Y si no, estoy segura que de igual manera nuestros hijos te amaran.
― ¡Que consuelo! ― Puso los ojos en blanco y yo sonreí.
― Sabes que bromeo amor― Me puse de puntillas para besarlo― Sin duda alguna serás muy buen padre, así como has sabido ser el mejor esposo.
― Solo busco tu felicidad― Aparto mi cabello de mis hombros, mandándolo hacia la espalda―
―Soy muy feliz a tu lado― Lo abracé―
― Y yo al tuyo, aun cuando en un principio no me quisieras ni un poquito― Me hiso fijar mi vista en la suya― Gracias a Dios que las cosas han cambiado.
Yo preferí no contestar y le di un apretón más fuerte y un tierno beso.
Los resultados de la prueba de embarazo estarían listos horas después, por lo que Pedro y yo fuimos a desayunar a un restaurante del centro de la ciudad. Después lo acompañe a la oficina a recoger unos papeles que llevaría a casa para trabajar desde ahí y así no tuviera que separarse de mí. Comencé a sentir nauseas cuando íbamos en el coche, por lo que baje la ventana por completo para que el aire chocara contra mi cara y disminuyera el síntoma. Pedro tomo mi mano y le dio un ligero apretón.
― ¿Quieres que me detenga? ― Pregunto disminuyendo la velocidad. Yo negué― Bueno ya casi llegamos a casa, Dora debe estar preparando algo delicioso.
― No hables de comida― Dije con dificultad― No ahora por favor.
Pedro sonrió y soltó mi mano para cambiar de velocidad. Cuando nos toco la luz en rojo puso su mano en mi vientre y sonrió ampliamente. Yo también sonreí.
― Está más claro que el agua, estas embarazada― Aparto su mano y la coloco en mi mejilla― Lucirás adorable con esa pancita
― Por extraño que parezca no me preocupa el ponerme como un globo― Sonreí― Bueno, tratare de que solo aumente los kilos que debo a consecuencia del embarazo y no por toda la comida que voy a engullir.
― ¡Oh no de eso nada! Si él o ella quiere pasar todo el día comiendo, así será, quiero que nazca saludable― Metió primera y puso el coche en movimiento.
― Claro como tú no vas a tener que cargar ese peso adicional― Entrecerré los ojos― Yo también quiero que nazca completamente sano… pero yo también quiero estar sana.
― Yo cuidaré de ambos― Dijo mirando hacia el frente― Jamás permitiré que algo les pase, siempre estaré a su pendiente.
Por inercia las comisuras de mi boca se elevaron y me recargue en el hombro de Pedro, aprovechando que ya estábamos llegando a casa. Acordamos no decirle a nadie lo del embarazo, hasta estar completamente seguros.
Al llegar él fue al despacho a trabajar en los papeles y yo me quede viendo la televisión en la sala. Paso poco más de dos horas cuando Dora ya había alistado la mesa y servido los platos. Fui por Pedro y luego juntos regresamos al comedor. ¡Moría de hambre! Era un verdadero alivio no sentir nauseas y solo pensar en ese banquete.
― Me da gusto que haya regresado a casa, señora― Dijo Jose―
― A mí también me da gusto estar de regreso― Sonreí― Pero por favor Jose, háblame de ti
― Sus deseos son ordenes― Todos reímos― Perdón, quise decir tus deseos.
― No te preocupes― Tome un poco de agua ― Me preguntaba si las rosas han florecido ya
― ¡Si, hay cientos! ― Exclamo Jose con mucho entusiasmo― Y este mes lucen aun más hermosas, si quieres puedo cortar algunas y traerlas.
― Me encantaría, por favor y gracias―
El solo asintió y volvió a su plato.Pedro ya había terminado su platillo y por tanto solo me miraba comer.
― ¿Pasa algo? ― Pregunte dejando el tenedor a un lado
― Nada― Sonrió divertido― Es solo que me da gusto que ya te hayas recuperado por completo y también que hayas recuperado el apetito.
― A mí también me da gusto, durante toda una semana no comí bien― Hice una mueca―
― Debiste estar tan deprimida como Pedro― Dijo Victoria― El pobre no dormía, pero si comía bien, mamá lo obligaba.
― Así es. Y ahora estaré no solo al pendiente de Pepe, también al tuyo Paula― Dora me amenazó con su tenedor, yo reí.
― Prometo comer y descansar como se debe― Levante la mano a manera de juramento.
Pedro me besó en la mejilla y luego tomo una porción de comida de mi plato y la llevo hasta mi boca. Yo lo mire con ojos soñadores y acepte con alegría la comida.
Después vino el postre… ¡pastel de chocolate con vainilla! Estaba extremadamente delicioso, como todo lo que Dora cocinaba. Quede satisfecha después de la segunda porción y no, eso no era a consecuencia del embarazo. Siempre que había de ese pastel yo comía dos porciones.
Al terminar entre Victoria, Dora y yo dejamos en orden el comedor y la cocina, luego cada quien se enfoco en sus actividades. Jose trajo siete rosas blancas completamente abiertas, yo las coloque en un jarrón y las lleve a la sala, ahí estaba Pedro.
Me senté a su lado. El paso su brazo por mis hombros y me recosté en su pecho mientras ponía atención a la película. Los minutos pasaron rápidamente y la película llego a su fin, apenas comenzaba otra cuando Pedro habló.
― Pau, ya deben estar los resultados― Dijo con una sonrisa― ¿Vamos por ellos?
― Si― Dije sentándome pues estaba acostada.
En eso el teléfono comenzó a sonar y Dora tomo la llamada. Luego se dirigió a nosotros.
― Pau, cariño es para ti― Dijo acercándome el teléfono.
― ¿Para mí? Qué raro ― Fruncí el ceño y lo tome― ¿Hola?
― ¡Paula! Al fin logro encontrarte, pensé que te había pasado algo malo, ¿por qué no me dijiste que habías vuelto a casa de Pedro?
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Lean el siguiente............
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