sábado, 22 de junio de 2013

CAPITULO 58




Comencé a sentirme helada, mis labios estaban secos y mi respiración agitada. Comencé a dar vueltas por toda la habitación, desesperada. Entonces note que algo descansaba en el suelo… un celular. Nuevamente Juan me había ayudado.

Mis manos temblaban demasiado pero aun así logre apretar los números correctos.
― ¿Hola? ― Era Gonzalo.
― Gonza… ¿estás con Pedro? ― Mi voz temblaba.
― Habla más fuerte, vamos en carretera y el aire hace que no te escuche muy bien― Había subido el tono de voz― ¿Dónde estás Paula?
¿En la carretera? Repetí en mi cabeza. <<No, no, no ellos no podían estar en la carretera… era demasiado peligroso>>
― Gonza, no importa en donde estoy, escúchame, dile a Pedro que los frenos del coche no sirven― Dije con un tono de voz más elevado.
― De nuevo no logro escucharte bien. Espera, Pedro quiere hablar contigo― Se escucho el cambio― Paula, ¿dónde estás? ― Sonaba preocupado.
―Pedro frena el coche― Atropelle las palabras. Pude escuchar como Pedro lanzaba una maldición― ¿Qué ocurre?.
― Los frenos no responden― Dijo en un susurro― Maldición ¡los frenos no responden!
― Usa el freno de mano― Mis ojos comenzaban a llenarse de lagrimas―
― Es inútil, voy a una velocidad muy alta― Su voz era grave.
― Inténtalo― Se escucho como Gonzalo decía algo y como las llantas re patinaban… luego escuche como el teléfono anunciaba que la llamada había terminado.

Deje caer el celular y de inmediato las lagrimas comenzaron a resbalar por mis mejillas. La habitación se fue llenando con mis sollozos y con el ruido que resultaba de mi mano golpeando el colchón de la cama. Comencé a sentirme débil y camine hasta la puerta.
― ¡Verónica ábreme! ― Grite sin preocuparme por ocultar mis sollozos― Te ordeno que abras la puerta en este mismo instante.
Después de un minuto escuche como alguien introducía la llave y la puerta se abría. Sin pensarlo tire de la perilla para abrirla. Apenas di el primer paso choque contra Juan.
― Pedro ha sufrido un accidente― Seguía llorando― Debo verlo, debo verlo.

Juan me tomo por los brazos y me levanto del suelo. Yo pataleaba para zafarme pero no lo conseguía. Entonces sentí mi espalda chocar contra la cama.

― ¿Cómo lo sabes? ― verónica se inclino sobre mí y me tomo de la cara para mirarme directo a los ojos.
― Lo llame― Respondí sin importarme que ella lo supiera―
Verónica llevo ambas manos a los bolsillos de su chaqueta y luego maldijo. Escaneo la cama y vio el celular… el cual resulto ser de ella. Después de todo, Juan no me había ayudado, todo esto había sido un descuido de Verónica.
Mi vista comenzó a hacerse nublosa.
―Debes calmarte, recuerda que estas embarazada― Dijo Juan con voz suave y tomándome por las muñecas― Relájate.
― ¡Cállate Paula! ― Verónica puso su mano sobre mi boca y yo la mire fijamente― Escucha con atención. Si es verdad que a pedro le ha pasado algo investigare en que hospital esta, tal vez ha corrido con suerte y esta…vivo― Esta vez verónica si parecía estar asustada.
Yo contuve los sollozos por un momento y aparte su mano de mi boca.
― Si tú me dejas ver a Pedro, prometo que firmare tu contrato― Dije rápidamente.
Ambos, Juan y ella, abrieron sus ojos como dos platos.
― Te llevare al hospital a que lo veas… si no ha sufrido una lesión grave firmaras el contrato y yo me quedare con él. Tú le pedirás el divorcio, si no cumples…
― Cumpliré― Dije sin pensar― Pero por favor investiga ahora mismo si… si Pedro ha sufrido un accidente.

Ella me miro detenidamente durante algunos segundos y entonces me tendió el celular.

― Marca el número de tu casa, si A Pedro le ha pasado algo ellos ya deben saberlo. Los paramédicos o policía de inmediato se ponen en contacto con la familia.
Marque el número y después de que timbro cuatro veces contestó vcitoria. Sollozando.
― Victoria, ¿y pedro? ― Me reincorporé en la cama.
― ¡Paula!! ¿Dónde te has metido estos dos días? Todos te hemos estado buscando.
― Lo sé pero escúchame eso no es importante… quiero hablar con Pedro.
― Pedro acaba de sufrir un accidente― Sollozo― Hace un par de minutos llamaron de un hospital, mamá y yo estábamos saliendo cuando el teléfono timbro.
― Dame el nombre del hospital, por favor― Dije temblando.
Ella me lo dio y me explico cómo llegar. Comenzó a reprocharme infinidad de cosas, empezando por el hecho de que desaparecí, pero no podía decirle lo que en realidad pasaba pues verónica mantenía su vista fija en mi, y si quería ver a Pedro, lo mejor sería seguir las ordenes de ella.
― Hay otra cosa que debes saber― victoria hizo una pausa― Tu hermano Gonzalo está un poco más grave que Pedro.
Cuando pensé que mi corazón no podía partirse en más pedazos, sentí uno más desprenderse.
― Gracias por la información, Victoria― Estruje el teléfono con mi mano― Nos vemos en el hospital.
Finalice la llamada y de inmediato le dije el nombre del hospital a Verónica. Los tres bajamos rápidamente y antes de salir entramos a la biblioteca.
― Ya sabes que hacer― Verónica me tendió la carpeta amarilla― Firma.

Saque el documento y ni siquiera lo leí. En este momento solo me importaba ver a Pedro y a mi hermano Gonzalo. Pase una a una las hojas hasta llegar a la última. Donde puse mi firma. Ya no había marcha atrás.



---------------------------------------------------
2 capitulos en el día de hoy!! 

Si comentan mañana subo 4 capítulos sino subo solamente uno!! 


muchas gracias!!


Ultimos 15 capitulos!!!

@jesicaleiva1


8 comentarios:

  1. Decime q no va a divorciarse x favor!!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  2. genial tu novela. Me tiene atrapada

    ResponderEliminar
  3. Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyy! Subi máaaaaaaaaaaaaaas!!!!!!!

    ResponderEliminar
  4. NOOOOO no puede salirle todo tan bien a la guacha de veronica....me encanta la nove! mañana se termina el sufrimiento no???? :)

    ResponderEliminar
  5. NOOOOOOOOOOOOOOOOOO........ QUE PASO??????? POR QUE FIRMO?????

    ResponderEliminar